Por diversas razones, la mayoría de las veces simplemente por la
influencia negativa de una disminución generalizada en el nivel
intelectual de la ummah, y recientemente por el rechazo de las
sectas reformistas wahabi y deobandistas a toda forma de expresión
científica y por su tendencia a hacer ver el Islam como la “religión simple del desierto”, el cultivo de la filosofía decayó fuertemente a lo largo de los siglos en el ámbito del Islam.
Si deseásemos repasar la historia de la filosofía islámica, deberíamos hablar de kalam y fálsafa, de tassawuf y
de Al Kindi, de Razi, de Al Farabí, de Avicena, de Averroes, de Al
Ghazzali, y tal vez aventurarnos en los asuntos del análisis del “ser”
en el neohelenismo filosófico que desde Al Andalus hasta la India,
desveló a los pensadores musulmanes. Pero no es este nuestro objetivo,
nos propusimos una tarea mucho más pretenciosa, desde hace años buscamos
generar una revivificación de la ciencia filosófica en el Islam, tarea
ciclópea esta, ya que además de los problemas inherentes a la propia
materia, encontramos hoy que desgraciadamente, muchas veces son las
personas menos letradas, de visión más corta las que, simplemente por el
poder del dinero y no por el saber, fundan y dirigen muchas
“universidades” en los países islámicos. Así, prima la ignorancia
rampante, y nacen innumerables problemas, que se suman a la ya
complicada tarea de desarrollar un pensamiento filosófico propio.
Increíblemente, muchos pseudo-eruditos actuales, “rechazan” –esto es
imposible para un intelectual- la filosofía.
Si este renacer ha de ocurrir, ya no sería necesario recurrir a las
bases sentadas por los filósofos griegos, sino que el antecedente de
este renacer serían los propios filósofos musulmanes del pasado, por un
lado, y todo aquello que se desarrolló en el ámbito de la filosofía
occidental durante los últimos siglos por el otro.
En este sentido el trabajo a encarar por los científicos musulmanes es
complejo, y tal vez un sistema filosófico que brote de mentes
musulmanas, debería inclinarse a un neo-idealismo, considerando los
trabajos de Hegel y Heidegger, a la vez que debería permitirse analizar
bajo la luz de la revelación ciertas ideas de la filosofía materialista
de Marx. Esto en cuanto al “macrosistema”, no faltará sin dudas, quien
incursione como los filósofos musulmanes antiguos en las consideraciones
respecto al “ser”, y aquí encontraremos, y no debería extrañar esto a
nadie, que toda la filosofía de Sartre y de los existencialistas en
general se basa en el trabajo de los filósofos musulmanes como Al Farabi
o ibn Jaldún.
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